La nueva realidad educativa: como combinar clases online con clases presenciales
- Educación
- Enrique Pelaez
- octubre 1, 2020
Llega el mes de septiembre y los alumnos de primaria, secundaria y universidad vuelven a la tarea estudiantil. La gran incógnita es si las clases serán en este momento presenciales o se volverá a la situación vivida durante la primavera.
A partir de marzo, el confinamiento obligó a millones de niños y jóvenes a permanecer en sus hogares mientras los profesores les explicaban el temario usando un programa de videoconferencia y les prescribían tareas a través de email o de plataformas educativas específicas.
Afortunadamente, estas plataformas online existen desde hace años en nuestro país. Por ejemplo, la red educativa pública para primaria y secundaria utiliza “EducaMadrid”. La Universidad Complutense utiliza “Moodle”. Las ventajas de estos sistemas informáticos de comunicación son irrefutables. Los alumnos pueden acceder a múltiples contenidos educativos que forman parte del programa y de los que serán examinados posteriormente. Ya no existe la excusa de que un alumno tomó los apuntes erróneamente a la hora de aprobar una asignatura.
Sin embargo, este nuevo sistema exige una autodisciplina por parte de los jóvenes que poco se corresponde en ocasiones con su nivel de madurez. En el caso de los alumnos de primaria son los padres quienes tienen la obligación, superando sus propios compromisos profesionales, de estar acompañando a sus hijos en el momento de realizar tareas o asistir a clases virtuales.
El peligro que supone el segundo brote de Covid 19 en nuestro país hace que padres y profesores se encuentren de nuevo en un estado de alerta.
¿Cómo puede el sistema educativo español sacar el máximo partido de la combinación entre clases presenciales y clases online?
En este artículos nos centramos en el caso de las clases de idioma extranjero; el hecho de que una pantalla separe a alumnos y profesores puede hacer aún más difícil el desarrollo del aprendizaje, dado que algunos alumnos encuentran especialmente complicada esta asignatura y la pantalla puede actuar como filtro que les separe del objetivo educativo.
El académico educativo Jim Scrivener asegura que la forma de sacar el máximo rendimiento las clases de inglés pasa por utilizar el “Círculo de aprendizaje y retroalimentación”. Es decir, los alumnos deben ser capaces de reflexionar sobre los contenidos teóricos y las tareas asignadas para expresar su propia opinión crítica, estar dispuestos a expresar dudas al profesor y valorar su propio rendimiento, los alumnos deben interactuar.
En la clase de inglés presencial, el profesor tiene el poder de encauzar a los jóvenes hacia una atención productiva. Por ejemplo, puede indicar a cierto alumno que de una respuesta a un ejercicio, o hacer que otro salga a la pizarra a transcribir un pequeño texto. En las clases online, por el contrario, es fácil que los alumnos se distraigan, así que quizás la interacción verbal toma especial importancia.
«Los alumnos deben ser capaces de reflexionar sobre los contenidos y estar dispuestos a expresar dudas al profesor. Es decir, los alumnos deben interactuar»
Una buena forma de involucrar a los alumnos durante la clase de inglés por internet es incluir una rutina diaria que comience con presentaciones. Al comenzar la clase los alumnos van diciendo su nombre y saludando a los compañeros. Para la clase de idioma extranjero, esta interacción se puede potenciar a la hora de resolver ejercicios lingüísticos.
Otra opción para involucrar a los alumnos tanto en las clases online como presenciales es organizar grupos de trabajo de, por ejemplo, cuatro personas. Durante las clases presenciales de inglés los alumnos debaten y preparan ejercicios escritos o exposiciones orales. En casa, pueden intercambiar ideas, documentarse, y enviar borradores para posteriormente presentar estas exposiciones oralmente o defender un trabajo escrito.
La literatura y el cine pueden ser ampliamente explotados durante esta combinación de clases presenciales y virtuales. Los formatos de cine online, junto con la literatura en formato PDF, hacen posible visionar fragmentos de películas y relacionarlos con su versión original escrita. En el momento presencial se pueden proyectar en la pantalla de clase estos fragmentos y es un buen momento para relacionarlos con la correspondiente novela de imprenta, algo que en tiempos pasados era ineludible. También la música puede ser usada, en formatos tales como YouTube, donde muchas canciones poseen una Lyric Version, donde los alumnos visionan la letra de la canción mientras esta es reproducida. Tanto en la clase presencial como en la online, los alumnos pueden resolver ejercicios de gramática y vocabulario relacionados con la canción, e incluso cantarla en conjunto al final de la clase. La utilización de las adaptaciones literarias al cine y los vídeos musicales ofrecen inmensas posibilidades para la clase de inglés.
En conclusión hay que decir que el momento de semiconfinamiento que vivimos puede ser una buena oportunidad para explorar nuevos métodos educativos que involucren a los alumnos y les hagan más responsables de sus propios resultados. En futuros artículos analizaremos el uso de las clases online dedicadas a los más pequeños.